Valentín 🐥💛


A tu cuerpecito amarillo como el sol
A tu suavidad y esponjosidad, como nube de algodón
A tus pillidos melodiosos
A tus ojitos negros, como arándanos maduros
A tu piquito chiquito y travieso
A tus alitas con pequeñas plumitas
A tu buchecito inflado
A tus patitas delgadas como ramas
A tu instinto de bebé
A todo tu suavecito y peludito ser
Le dedico mi amor, mi ternura, mis letras y mis lágrimas
Valentín
Mí Valentín
Que la tierra te abrace fuerte y con amor
Vos sabés que yo te amé en 5 días
Y el amor no se termina para vos

Pamelí - Abril 18 de 2022

Valentín fue un pollito hermoso que este mundo, (esta humanidad) nunca mereció.
Yo te amé Valentín.
Mi mamá y mis hermanos también.

A un año de la muerte de Valentín, quiero plasmar su poema y su corta historia en este pequeño espacio. 

Quizás no para cambiar el mundo, pero sí para honrar su vidita y mi sentir.

Valentín fue un pollito que a inicios de la semana santa, en abril 2022, mi mamá vio a media calle después de que una señora lo hiciera notar. Había un policía de tránsito, así que le gritó para pedirle que parara el tráfico y recogiera al pollito. Así lo hizo y se lo entregó. Mi mamá, con su trabajo en la calle, tuvo al pollito entre el pecho y su ropa durante el resto del día. Por la noche hablamos por teléfono y me contó la historia y me dijo "no sé cómo llegó a media calle, tal vez se cayó o se tiró de un camión o un pickup. Se salvó de ser aplastado por los carros que pasaban. Le puse Valentín porque creo que es un pollito muy valiente".

Me conmovió mucho y ya estaba ansiosa por conocer a Valentín.

Valentín estuvo en la casa el resto de la semana, esperábamos que pasaran los días de descanso para comprarle una vacuna y su concentrado de inicio. Estuve escribiendo a algunos grupos para pedir orientación de sus cuidados y tratamos de seguirlos. Estaba muy asustada porque siempre me advertían que era muy, pero muy difícil que esos pollitos sobrevivieran. Me frustraba mucho y pensé entregarlo a alguien que supiera de pollitos, pero a la vez tenía tanta ilusión de que sobreviviera y verlo crecer. Valentín pasó los días en la casa, lo sacaba al sol, le daba agüita, comidita, lo dejaba dormir entre el pecho y la ropa y por las noches lo metía en una cajita con ropita caliente y una botella de agua caliente para que no pasara frío (como me recomendaron). Sin embargo, creo que cometimos un error garrafal (o dos, o tres). Mientras esperábamos a conseguirle su comida, le dábamos miguitas de tortilla, algunas verduras y panito, esto último lo peor, según nos dijeron después. Cuando lo supe me sentí horrible y estúpida (y a veces continúo sintiéndolo, porque siento que le fallé horrible). 
Mientras Valentín estuvo en la casa, pillaba cuando lo sacaba del pecho y corría atrás de mi o de alguien más, cuando lo regresaba al pecho, sus pillidos se iban haciendo suaves hasta quedarse dormido. 
Un día, casi se moría, se puso aguadito y sus pillidos eran muy suaves. Me asusté y lloré tanto. Lo saqué al sol, le daba agua y no sabía qué más hacer, sólo seguía llorando. Después de un rato, fue cobrando fuerza de nuevo, su cuerpo y sus pillidos. Comió y corrió por la casa atrás de mí hasta que lo puse en el pecho de nuevo. 

Ahí, tomé esta foto (nótese los ojos hinchados de tanto llorar):



Al día siguiente, estuvo bien. Hasta me lo llevé a un almuerzo con amigas. Los dos días siguientes, estuvo en la casa "normal". 

El día lunes 18 de abril, que fue el siguiente día hábil, yo tenía trabajo en casa y mi mamá salió al médico con mi hermano, así que les pedí que pasaran a algún lugar comprando la comida y la vacuna de Valentín. Pero casi a medio día, Valentín empezó de nuevo a ponerse aguadito, su cuerpo y sus pillidos fueron perdiendo fuerza de nuevo. De nuevo lloré, lo saqué al sol, le di agüita y le suplicaba que aguantara, que esperara otro poquito. Pero Valentín estaba cansado, sin fuerza apenas para pillar. Valentín quizás estaba enfermo, malnutrido. Yo no supe qué más hacer en el instante, así que sólo lloré impotente y lo sostuve en mis manos hasta que se fue. Valentín con su último suspiro, se estiró y se fue.
Mientras eso pasaba, escribí lo siguiente:

Valentín

Desearía que vos y el resto de pollitos y animales en el mundo tuvieran la oportunidad de vivir

Me duele en el alma verte morir despacio
¿Qué sentís?
¿Qué necesitas?

No puedo evitar sentirme terrible porque me duele verte sufrir y porque me siento culpable de eso

Sé que lo hice mal pero Dios sabe que lo intenté, que estaba dispuesta a cuidarte y hasta llevarte al mar

Escribo esto con los ojos rebalsados de lágrimas, escuchando tus pillidos sin fuerza, acurrucado en mi pecho

Y mientras lloro

Maldigo

Maldigo ese sistema de muerte que te condenó desde antes que nacieras

Maldigo que te hayan arrancado la vida desde antes que existieras

¿Cómo podemos seguir siendo parte de esos sistemas que condenan torturan y matan cruelmente a otros seres vivos?

¿Cómo podemos pensar que hacer eso a un perro está mal, pero a un pollito, a una vaca o a un cerdo está bien?

Estoy harta de esta cruel humanidad que no le basta destruirse mutuamente, sino que se sirve destruyendo toda la vida a su paso

Realmente deseo que nos extingamos lo más pronto posible para que así la vida vuelva a florecer

Porque sí
Creo en la vida y la amo
Pero la vida no solo es humana

Valentín merecía estar con su mamá y sus hermanitas o hermanitos
Merecía rascar la tierra, buscar insectos, comer plantitas, crecer y tomar el sol
Hasta morir de viejito 
.
.
.
.
18 de abril del 2022
Pamelí
Con el corazón roto y el hígado en la mano

Después de que Valentín se fue, llamé a mi mamá para contarle. Busqué una manta, lo envolví, le prendí una vela y le pedí perdón por no haberlo hecho bien y por lo que como humanidad le hicimos. Al día siguiente, lo enterré en un jardín, deseando que su cuerpo fuera abrazado por la tierra y se hicieran uno.

Valentín era una vida. Una vida igual de valiosa que la de mi perro Simba. Una vida igual de valiosa que la mía. Una vida igual de valiosa que cualquier otra.

Ojalá podamos buscar la manera de alimentarnos con menos crueldad. Ojalá podamos reducir el daño que hacemos a otros seres. Ojalá nuestra existencia pueda estar menos cubierta de sangre. Ojalá otros "Valentín" puedan tener realmente la oportunidad de vivir. Ojalá podamos dejar de objetivizar y utilizar tan cruelmente a los seres vivos.

Me consuela pensar que al menos Valentín vivió unos pocos días siendo el foco de atención, ternura y amor, y sé que él lo sintió.

Hasta siempre Valentín 💛
Recordá que "te dedico mi amor, mi ternura, mis letras y mis lágrimas"
Y recordá que "el amor no se termina para vos" 💛





Abril 8 de 2023

Comentarios

Entradas populares de este blog

Extrañar[te]

Anoche te soñé